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síndrome de burnout

El desarrollo del concepto de síndrome de burnout o el síndrome de “estar quemado” en el trabajo, como fenómeno psicológico tiene su origen en Estados Unidos asociándose a trabajos realizados a mediados de la década de los años setenta. Más tarde Schaufeli y Enzmann (1998) en bases de datos y bibliografías especializadas, revelaron más de 5.500 entradas sobre el tema. Estos datos ponen de manifiesto el reconocimiento internacional del síndrome de burnout como un importante problema individual, social y académico.

Según han manifestado algunos autores, el burnout es poco estigmatizante para el individuo, al contrario de lo que ocurre con la mayoría de las perturbaciones mentales, dado que en su comprensión se enfatizan determinantes contextuales, de naturaleza socio-profesional y se reserva un papel que no culpa a la persona. Estas razones son particularmente importantes en el caso de las profesiones de ayuda, como la docencia, los servicios sociales, o los profesionales de la salud, en que al lado de elevadas expectativas y exigencias sociales existe generalmente gran escasez de recursos. Este carácter contextual del síndrome facilita por un lado el proceso de toma de conciencia y búsqueda de soluciones entre los profesionales.

El síndrome de burnout es considerado en la actualidad como uno de los daños laborales de carácter psicosocial más importantes. Por tanto, el burnout es un proceso que surge como consecuencia del estrés laboral crónico en el cual se combinan variables de carácter individual, social y organizacional. Se trata por tanto de un síndrome con connotaciones afectivas negativas que afecta a los trabajadores en distintos niveles (personal, social y laboral).

Una definición actualizada y ampliamente aceptada del término es la propuesta por Maslach, Schaufeli y Leiter en el año 2001; quienes definen el síndrome de burnout como «una respuesta prolongada a estresores crónicos a nivel personal y relacional en el trabajo, determinado a partir de las dimensiones conocidas como agotamiento, cinismo e ineficacia profesional» En esta definición, queda patente el carácter tridimensional del síndrome de burnout entendiendo que afecta, por una lado a un nivel personal (agotamiento: sensación de no poder dar más de sí a nivel emocional) por otro lado, a un nivel social (cinismo: actitud distante ante el trabajo, las personas objeto del mismo, así como los compañeros/as de trabajo) y finalmente, a nivel profesional (ineficacia profesional: sensación de no hacer adecuadamente las tareas y ser incompetente en el trabajo). Por otro lado, otros modelos han puesto de manifiesto el papel determinante de variables de carácter organizacional (por ejemplo: trato con el cliente, conflicto y ambigüedad de rol, etc.)




Teoría del apego

La Teoría del apego fue desarrollada por el psiquiatra y psicoanalista John Bowlby (1986). Se define como el comportamiento de apego aquel que permite al sujeto conseguir o mantener proximidad con otra persona diferenciada y generalmente considerada más fuerte y/o sabia. La teoría del apego, que es propia del ser humano, motiva la búsqueda de proximidad entre el niño y sus padres o cuidadores. Se enfatiza que la experiencia del niño con sus padres y/o cuidadores tiene un rol fundamental en la capacidad posterior del niño de establecer vínculos afectivos, y que las funciones principales de ellos serían proporcionar al niño una base segura y, desde allí, animarlo a explorar; es importante que el niño pueda depender de sus figuras de apego y que éstas puedan contener y proteger al niño cuando lo necesita. La interacción segura o insegura que se produzca entre el cuidador y el niño podrá dar cuenta de la calidad del vínculo, y por tanto los diferentes estilos de vinculación proporcionaran diferentes posibilidades en su relación con el mundo.

Así mismo, la capacidad de reparar estos vínculos vendrá dada a través del análisis y necesidades que en base a ellas se establezcan. Ser consciente del estilo vincular que hemos aprendido a menudo abre vías de explicación y reparación para aquellas personas que sienten que en su relación con los otros se encuentran con problemáticas repetidas, ya sean sentimientos de rechazo, de abandono, sensación de caos, pérdida de sentido debido a relaciones que no funcionan, dificultad para comprometerse o establecer relaciones íntimas.

 

Carolina Cobián Hinojar




F.S.Estaire

Fidel Sanz Estaire es director científico del equipo Psicólogos en Madrid EU.

Las conclusiones que sustentan este artículo se basan en la observación clínica de las problemáticas humanas que el autor trata en su práctica psicoterapéutica, en su experiencia como supervisor de casos, y en las reuniones para la investigación y el desarrollo de tratamientos que el equipo de Psicólogos en Madrid EU viene realizando, de manera quincenal, desde el año 2009.

Los artículos presentados pretenden ser una síntesis de las principales aportaciones teóricas de la psicología sistémica constructivista, psicoanalítica, gestáltica y cognitivo-conductual, que abarcan desde Sigmund Freud hasta las últimas investigaciones en psicoterapia de familia.

Anorexia y bulimia

Consulta de Psicólogos en Madrid Capital expertos en problemas de alimentación(anorexia, bulimia, obesidad)Anorexia y bulimia son consideradas por la psicología dentro de los denominados trastornos de la conducta alimentaria, y su diagnóstico clínico está recogido en la CIE 10 (clasificación internacional de enfermedades) en relación a los siguientes síntomas:

-Delgadez extrema; peso de un 15% menos del esperado

-Miedo a engordar

-Uso de conductas para perder peso, como vómitos autoinducidos, purgas intestinales, ejercicio excesivo, consumo de fármacos diuréticos

-Distorsión de la imagen corporal

-Ausencia de menstruación en la mujer y pérdida de interés y potencia sexual en el hombre

Además de estos síntomas las/os pacientes que sufren anorexia y bulimia también presentan otras características como:

-Necesidad excesiva de control

-Rasgos perfeccionistas de personalidad

-Sentimientos de inadecuación social

Baja autoestima

-Percepción de una identidad sexual frágil

EPIDEMIOLOGÍA

La prevalencia de estos trastornos ha ido en aumento en las últimas décadas, y se da en los países de marcado desarrollo económico. Su aparición suele coincidir en la época adolescente o inicio de la edad adulta, sobre todo entre la población femenina..

CAUSAS

No existe una relación causal-lineal simple que explique la complejidad de esta problemática, sin embargo, el mayor consenso entre los clínicos apunta hacia una dificultad en el proceso de individuación de las/os pacientes con sintomatología anoréxica y bulímica.

Este proceso de individuación, que se asienta en la tentativa de construir una identidad personal propia, parte de una primera diferenciación psicológica con la persona encargada de la crianza; generalmente con la madre. Pero esta separación neta no se completa hasta la adolescencia, cuando el individuo puede gestionar la pertenencia a la familia de origen y su futura socialización.

El éxito de esta empresa, que podemos definir como la conquista de un territorio personal y diferenciado, no se encuentra tanto en una posesión de capacidades personales como en la necesidad de estudiar las limitaciones que el contexto nos impone.

Si analizamos el contexto familiar en el que se encuentra inscrita la persona que sufre sintomatología anoréxica o bulímica, vemos que algunos patrones relacionales se repiten. Mara Selvini (1999) tras tratar más de cien casos de anorexia y bulimia a los largo de una década de investigación, ha descrito algunos de estos patrones. En todos ellos puede observarse que las pacientes formaron parte de una estrategia familiar para mantener el equilibrio de todo el conjunto, que las obligó a abandonar los limites de su posición natural en la jerarquía familiar. Por ejemplo, muchas fueron trianguladas entre la relación de la pareja de padres, llegando a ser el elemento de instigación de uno contra el otro. Otras, se vieron envueltas en conflictos trans-generacionales, llegando a establecer alianzas, más o menos encubiertas, entre los abuelos y los padres.

Estas observaciones llevaron a la hipótesis de que la aparición de estos trastornos alimenticios, se relacionan con la formación de estructuras atípicas dentro de las familias, donde los límites de cada subsistema no estaba bien diferenciados y existía mucha dificultad para gestionar los conflictos y re-negociar sus posiciones en el tiempo.

Otros factores como la crianza hiper-protectora o la teoría del duelo, donde la paciente toma el puesto de una persona fallecida en la familia, coinciden con las hipótesis de que estas pacientes contribuyen a la homeostasis familiar con un sacrificio difícil de soportar en el tiempo.

Desde un enfoque sistémico, tanto la anorexia como la bulimia, se pueden entender como una problemática temporal. Terapeutas de familia, como Luigi Onnis, 2015, describe estos trastornos de la conducta alimentaria como una situación de tiempo evolutivo congelado.

INTERVENCIÓN

De la misma manera que una persona atraviesan periodos de crisis y cambio, la familia entera también deberá adaptarse a esas mismas circunstancias, ya que todo grupo humano se rige por el principio de totalidad que determina el funcionamiento comunitario en la máxima de que todo cambio en un elemento del sistema afecta al sistema entero.

En la actualidad, todos los autores coinciden en abordar los trastornos anoréxicos y bulímicos desde una estrategia terapéutica integrada y multidisciplinar, que contemple intervenciones médico-nutricionales y una psicoterapia, en paralelo, alternando las sesiones individuales con las de familia

La psicoterapia de la anorexia y la bulimia es todo un desafío para los intervinientes, pero también una oportunidad para que la familia pueda definir sus vínculos internos, de manera que la libertad individual de los miembros pueda gestionarse sin perder el sentido de pertenencia compartido por todos.

 

BIBLIOGRAFÍA:

1-CIE-10

2-Luigi Onnis, El tiempo congelado, Editorial Gedisa, 2015

3-Mara Selvini Palazzoli, Muchachas anoréxicas y bulímicas, editorial grupo planeta, 1999




Autoestima

autoestimaLa autoestima es la consecuencia emocional que surge de la representación que un individuo mantiene sobre sí mismo, es decir, sobre el juicio de valoración de sus rasgos personales.

En función de los acontecimientos vividos, este sentimiento puede fluctuar desde un autoconcepto elevado hasta una visión personal desvalorizada, que define lo que conocemos como baja autoestima.

¿De qué depende la autoestima?

Existen muchos factores que determinan la percepción que sostenemos de nuestra valía personal. Es más sencillo mantener una autoestima alta cuando nos sentimos respetados, queridos y útiles. 

No hay que olvidar que en ocasiones nos vemos como nos ven los demás. El hecho de que mantengamos una idea más o menos positiva de quiénes somos también está en función de las actitudes externas; de si encajamos o no en las definiciones (a veces implícitas) que los otros dan sobre qué es adecuado. Pero sobre todo en el trato que recibimos de los demás.




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