Una vez nos planteamos realizar una psicoterapia la primera duda que nos asalta es: ¿Encontraré un profesional que me ayude? ¿Daré con un buen psicólogo que entienda realmente lo que me ocurre?
Responder a la pregunta sobre cómo elegir al mejor psicólogo no es nada sencillo. Sin embargo, sí existen algunas características del terapeuta que facilitan enormemente el transcurrir de la terapia y su posterior éxito.
No solo es suficiente que el terapeuta sea bueno en la construcción de hipótesis. El buen psicólogo, además, facilita que nos sintamos percibidos como seres humanos, libres de todo juicio.
Para poder experimentar la calidez y la seguridad en el encuentro interpersonal y en la comunicación el psicólogo debe de ofrecer un espacio terapéutico definido por la aceptación incondicional de su cliente; un espacio donde la persona sienta que está en libertad de poder Ser como Es, de expresar lo que piensa, y de manifestar las emociones y deseos que necesite. Para ello los psicólogos han sido entrenados en mantener el clima de las sesiones “limpio” de sesgos personales, es decir, entrenados para reconocer sus propios idearios sociales y mecanismos de actuación, con el objetivo de que estos no interfieran en su labor profesional.