La homeostasis o retro-alimentación negativa es la tendencia de todo sistema a mantener su estado estacionario, es decir, al no cambio. Los procesos homeostáticos operan ante las variaciones de las condiciones del ambiente y aquí se produce una reacción que tiende a bloquear los cambios con el objeto de mantener invariable su estructura.
En psicología esta tendencia a la conservación del status quo, se observa en los sistemas sociales. Las familias, por ejemplo, pueden sufrir una crisis cuando alguno de sus hijos entra en el periodo adolescente.
Los sistemas atraviesan diferentes momentos de cambio. La crisis sobreviene cuando un sistema viviente se enfrenta a dos tendencias contrapuestas; la tendencia al estado estacionario y la tendencia a la transformación. La crisis aparece cuando algo amenaza con un cambio. Todo sistema reacciona ante cualquier intento (interno o externo) que amenace cambiar su organización. Permanece la homeostasis cuando las estructuras son rígidas y las reglas inflexibles, como por ejemplo en grupos donde nadie puede pensar diferente. La estabilidad de un sistema viene definida por la capacidad de cambiar con el cambio.
Se pueden dar dos tipos de cambio:
a) Solo en las relaciones entre elementos ( se cambia lo justo para recuperar la condición de equilibrio)
b) Se cambia toda la organización (hay un paso de nivel lógico de elemento a clase)