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Inteligencia Emocional

inteligencia emocional interpersonal y social

La inteligencia emocional se define como la habilidad para captar sentimientos, motivaciones y deseos, tanto propios como ajenos, y la capacidad de actuar de forma eficaz y creativa en las circunstancias personales y sociales.

En relación con las emociones propias, la persona inteligente emocionalmente sería aquella que permite la emergencia de sus sentimientos, aunque sin parapetarse en ellos más tiempo del que precisen necesario para ayudar a comprender.

La persona inteligente emocionalmente comprende la transición, las causas, las consecuencias, y la relación entre las diferentes emociones, además de saber percibir y gestionar los matices de sentimientos complejos.

Esta habilidad, se diferencia de la inteligencia puramente cognitiva (que recogen muchos test psicológicos), en la destreza para percibir e interpretar sentimientos. Todos conocemos a personas con estudios superiores, y  con habilidades hiper-desarrolladas para algunas competencias, que sin embargo, resultan torpes a la hora de relacionarse con los demás y mantienen una estrecha visión sobre los aspectos nucleares de la vida.

HISTORIA DEL TÉRMINO INTELIGENCIA EMOCIONAL

Uno de los antecedentes de la I.E surge en 1872, cuando Darwin demuestra cómo las emociones, tanto en el hombre como en los animales, proporcionan un sistema de señalización necesario para la supervivencia. Otro, es el concepto de Inteligencia Social, descrito por Thorndike en 1920, como la habilidad para comprender a los demás y actuar sabiamente en las relaciones interpersonales.

En 1990 aparece el concepto de I.E, como diferenciación de las decenas de tipos de inteligencia descritos por la psicología, aunque no es hasta el año 1995, cuando Daniel Goleman desarrolla este término en profundidad.

CARACTERÍSTICAS DE LAS PERSONAS CON INTELIGENCIA EMOCIONAL

Los individuos con I.E se diferencian de los demás por haber podido conquistar algunos aspectos como:

  • La identidad personal
  • El autoconocimiento
  • La asertividad
  • La empatía y expresión de sentimientos y deseos
  • La habilidad para construir un entorno afectivo satisfactorio.
  • La capacidad para tolerar la frustración y el estrés
  • El autodominio o control de los impulsos
  • La flexibilidad y la creatividad para representarse diferentes escenarios
  • La autoestima
  • La capacidad para resolver conflictos intrapsíquicos e interpersonales
  • La gestión emocional y comportamental ante diferentes situaciones.

F.S.Estaire





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