La inteligencia se define como la capacidad de síntesis ante la confluencia de varios factores para hacer emerger una visión nueva de la situación.
R. Pinter define la inteligencia como la capacidad de adaptación frente a las cambiantes situaciones de la vida.
Binet y Simon diferencian ente inteligencia ideativa (más relacionada con el intelecto) e instintiva (relacionada con la capacidad de percepción y gestión emocional)
Howard Gardner (galardonado el 11 de Mayo de 2011 con el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2011) desarrolla la teoría de las inteligencias múltiples, donde destaca ocho habilidades cognoscitivas; inteligencia lingüística, lógica-matemática, cinético corporal, musical, espacial, naturalista, intrapersonal e interpersonal.
La inteligencia intrapersonal se refiere al autoconocimiento; a la capacidad para tomar contacto con los propios sentimientos, efectuar discriminaciones entre las emociones y usarlas como guías de la propia conducta.
La inteligencia es, en definitiva, la habilidad para desenvolverse en la vida manteniendo la mente clara, el espíritu tranquilo, sin dejarse perturbar por los oleajes emocionales que enturbian la visión de los elementos en juego de cada situación.
Este elemento humano, siempre se relaciona con la capacidad de síntesis y la creatividad. De ella, de la inteligencia, se ocupa desde hace siglos la filosofía, y sin embargo el concepto de inteligencia emocional es bastante nuevo, apenas tiene unas décadas, pese a que desde el principio de la historia los individuos ya portaban este tipo de habilidad.