La nominalización es el proceso lingüístico mediante el cual se transforma un verbo en un nombre, es decir, una acción en una cosa.
Ejemplo de nominalización:
Decimos ‘hace calor’ como si el calor fuera una realidad externa, cuando lo que sentimos es un aumento de la densidad molecular media del aire que nos rodea.
Nominalizamos el pensamiento; decimos que una persona ‘piensa’ o que ‘tiene un pensamiento’
Heinz von Foerster se interesó por las consecuencias negativas de nominalizar. En psicología, por ejemplo, ciertos comportamientos se denominaron ‘esquizofrénicos’. Más tarde, con la nominalización, se pasa a considerar que una persona «es» esquizofrénica.
Para von Foerster , la actividad nerviosa se percibe bien internamente, como pensamientos y voluntad, o bien externamente, como lenguaje y movimiento. Foerster se opone a la idea de que ‘las universidades son depositarias de un saber que puede ser transmitido de generación en generación’ y argumenta que ‘(e)l sistema educativo confunde la creación de nuevos procesos con la distribución de mercancías llamadas ‘conocimientos’’ Estos conocimientos se adquieren mediante la interacción del individuo con la información y son imposibles de transmitir tal cual.
Este artículo está basado en la obra de Lynn Segal, Soñar la-realidad; el constructivismo de Heinz von Foerster–von
Elisabeth Sigrist